viernes, 8 de enero de 2010

Mª TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA

Vicepresidenta del Gobierno de España

¿FRANQUISTA? ¿SOCIALISTA? ¿PATRIOTA? o, simplemente ¿MENTIROSA?


¿Para que sirve un político?

Se supone que para servir al bien común de todos los gobernados, sobre todo cuando gobierna.


¿Puede ocultar situaciones graves que pueden perjudicar a los gobernados?
No
¿Puede presentar y aprobar leyes totalmente partidistas?
N0
¿Puede calificar de antipatriota al contrario para tapar su propia mentira?
No
¿Puede aplicar las leyes a su antojo y en su propio interés?
No
¿Puede malgastar el dinero de todos?
No
¿Puede robar aprovechando su puesto?
No
¿Puede desprestigiar al oponente de forma ilegal?
No
¿Debe proteger especialmente a sus simpatizantes ideológicos?
No
¿Puede menospreciar la seguridad de los ciudadanos?
No
¿Puede jugar con la salud de los ciudadanos?
No
¿Puede jugar con el bienestar de los ciudadanos?
No
¿Puede reescribir la historia de un país de acuerdo con sus intereses?
no
¿Puede mentir?
No
¿Debe?, ¿Puede?...
La lista podría ser mucho más larga y, si estas liberalidades "propias" de los señores políticos estuviesen castigadas con la pena de muerte, seguramente la limpieza de políticos delincuentes sería una verdadera carnicería.
Sólo merece respeto la persona que decide dedicarse a la política y cumple con sus obligaciones. El que se dedica a la política para beneficio propio o de personas o empresas de su interés, sólo merece el más absoluto desprecio. Si tuvieran dignidad, o vergüenza, abandonarían sus puestos y se pondrían a trabajar en otra profesión menos digna como, teóricamente, debería de ser la política.
Refiriéndonos a Doña Mª Teresa, no vamos a entrar por ahora en analizar dónde ha fallado, o puede haber fallado, tan sólo nos referiremos al pecado de la mentira.
Doña Mª Teresa es una de las componentes del actual gobierno de España, que se avergüenzan de sus padres, abuelos, etc., olvidando que los pecados de los padres nunca son responsabilidad de los hijos, digan lo que digan religiones o costumbres arcaicas.
Pues bien, los pecados de los padres, abuelos, etc., consisten en que en la época del dictador Franco, sirvieron a su sistema en puestos de una cierta relevancia y, claro, a los individuos del gobierno, y adláteres varios, que no cesan de pregonar que todo el que estaba con el dictador era digno de desprecio, si no de garrote vil, les es horrible aceptar públicamente que su padre fue, que su abuelo fue, que su tío fue, o... En fin, mienten como bellacos avergozándose de sus padres, abuelos, etc., pero no porque fueran o no fascistas y se aprovecharan de sus puestos y de la sangre de los españoles de a pié, no, se ven obligados a tapar la realidad de sus familiares, porque se contradicen a ellos mismos cuando su idea principal y final es demostrar que todo aquel que vivió relacionado con el régimen, como mínimo, fue un desalmado, cosa que, naturalmente, no pueden ser sus parientes (que seguramente no lo fueron).
Esta ansia del más puro pedigrí socialista, republicano, revolucionario y anti-franquista, ha llevado a Doña Mª Teresa a mostrar lo que es en realidad al renegar de los actos de su padre, aunque no de los efectos de su supuesto franquismo, como puede ser el ¡Oh! ¡Que raro!, Vil Metal que le dejó gracias al Dictador.
Según lo publicado en el periódico La Gaceta, María Teresa Fernández de la Vega, vive en un piso que Franco regaló, o casi, a su padre Wenceslao.
Cuando, en su última gira por Hispanoamérica, exactamente en Paraguay, un presentador se refirió a su padre como un alto cargo del franquismo, la vicepresidenta intervino para negarlo aprovechando para ensalzarlo como "represaliado del franquismo". Si bien era sabido que la vicepresidenta mentía para purgar sus fantasmas mentales, la propiedad del piso de la madrileña calle Hernani confirma no sólo la voluntad de engaño de Doña María Teresa, sino también el cinismo con que postula una serie de medidas para distorsionar una parte de la historia, al tiempo que recibe un lucro muy notable de actuaciones de la dictadura.
Si al margen de la opacidad administrativa, nada hay de ilegal en el trámite jurídico por el que De la Vega recibió en herencia la finca de la calle Hernani, en el centro de Madrid, sí que hay que incidir en la falta de dlicadezaa ética de una gobernante que, en aplicación de sus propias y falsas teorías sobre la memoria histórica, podría haber tenido el gesto de bravura de no acumular patrimonio con origen -según sus ideas- poco santo. Pero en materia pecuniaria, la número dos de Rodriguez Zapatero, también conocido como "Mr. Bean (Sr. Habichuela) o "El Cejas", "Pinocho" o, simplemente, Zapatero, parece alinearse con el emperador que gravó con una tasa las letrinas: "el dinero, al fin y al cabo, non olet", (no huele) a nada, incluido el repugnante franquismo que acabó con la "deliciosa" II República y sus "magníficos dirigentes".
La revelación de La Gaceta desmiente la versión, ya claramente falsa, que ha hecho circular la Sra. Fernández en torno a la figura de su padre, quien accedió a la propiedad del piso de la calle Hernani en la posición ventajosa que, para la finca expropiada en el franquismo y vendida en democracia, le daba su condición de alto cargo del Ministerior de Trabajo. Condición que, durante la dictadura, le hizo acreedor de reconocimientos por parte del franquismo, como ser condecorado con la medalla de oro al Mérito de Trabajo y con la Gran Cruz del Mérito Civil. Más aún: pese a los esfuerzos de De la Vega por ocultar las huellas de la labor administrativa de su padre, se sabe que sus únicas discrepancias con el régimen fueron consecuencia de seguir en el paradigma de los camisas viejas (fascistas hasta la médula) en tiempos de la tecnocracia (apertura del sistema).
La Memoria Histórica no puede ser selectiva (así ha sido redactada). Por eso se ha vuelto con frecuencia contra destacados socialistas con Zapatero el primero, siguiendo por Bono, Rubalcaba, Marín, Barreda, Bermejo y muchos otros. Posiblemente en su calidad de jerarcas del franquismo, los padres, o abuelos, de dichos socialistas trabajaron, como afirmó de sí mismo López Rodó, en servicio de España, sin importar la circunstancia.
También por este dato, el Gobierno no debería perder el tiempo impulsando leyes que, o van contra ellos mismos haciéndoles avergonzarse de sus padres y alientan una actitud de hipocresía, como muestra el caso de María Teresa de la Vega.
El piso propiedad de Doña Mª Teresa, construido sobre unos terrenos, expropiados en los años sesentas en el luigar más céntrico de Madrid fue comprado por su padre Don Wenceslao Fernández de la Vega Pombo, abogado-inspector del Ministerio de Trabajo, por un importe de Ptas. 3.931.299,--, unos 24.000,--€. El valor de mercado actual se cifra en 600.000,--€, unos 100.000.000,-- de las antiguas pesetas. La Sra. de la Vega debería de agradecer que su padre fuera un franquista connotado, y no renegar de él avergonzándose de su biografía.
El hermano de la Sra. De la Vega, también adquirió un piso como el de su padre por unos 24.920,--€, que 17 años después vendió por 416.476.586,--€.
Que cada uno opine como mejor crea.

1 comentario:

Willidin dijo...

La señora de la Vega = Fuché
La vicepresidenta ha pasado por varias etapas durante el gobierno de Zapatero, siempre mintiendo,imponiéndose, acusando a los que se le oponen de fachas o anti patriotas, mostrando una inpunidad a toda prueba, mientras cada día se embarra mas del barro en que se mueve,quedando atrapada en la soledad del poder, pero siempre una extraordinaria y maquiavélica mujer.
Qerelledbarna.